Esta es una historia de dos ciudades hermanas, costeñas, con banderas
casi idénticas, donde la "alegría" se come y el "ajá" puede
significar casi cualquier cosa. Una de ellas nació privilegiada: heroica, joya
de la corona, vecina del mar. La otra vivió bajo su dominio hasta que un día,
por allá en 1813, se sacudió y se convirtió en Villa. Y rápido, mientras el
resto del país y Buenaventura se estancaban, la "joven del árbol
nacional" se volvió la obsesión de todo extranjero que la pisaba. Barranquilla,
coqueta, fresca y espontánea, se estaba robando las miradas. Y las razas. Y las
familias empresarias. Y las importaciones.
200 años después "La Arenosa" celebra su Bicentenario en medio
de dos ideas fascinantes: pronto no tendrá mucho que envidiarle a Cartagena, y
cada día es menos "Arenosa." Cada día Barranquilla es más
respuesta y Cartagena más pregunta.
Hay 7 formas en que Barranquilla le está pisando los talones a
Cartagena:

2.
El mar: Empecemos por aclarar que
Barranquilla sí tiene mar. Manejar 10 minutos para llegar a la playa ES tener
playa, a mí no me echen cuentos. Esas ideas de que Barranquilla no tiene mar
vienen de las mismas mentes que aterrizan en "Miami & the Beaches"
y conducen 45 minutos para pisar arena. Si usted quiere saber lo que es NO
tener playa, viva en Washington y cuénteme cómo le va buscando una carpita y un
poquito de sol. Aclarado ese punto, estas son algunas de las playas del
Atlántico que están a minutos de Barranquilla y están listas para sus castillos
de arena:
Salgar: Chiringuitos, restaurantes, y un
castillo español
Pradomar: Surf
Puerto
Velero: Deportes
náuticos, nueva marina y restaurantes
4.
La cultura: Estamos
claros en que Cartagena es sinónimo de cultura. La pregunta es hasta cuándo. Porque la cultura también entra en
vía de extinción cuando no hay un esfuerzo sistemático por preservarla (o al
menos no hay uno espontáneo por destruirla). Está claro, también, que una
ciudad que vive del turismo no se dará nunca el lujo de atentar contra su
atractivo. Pero también es claro que el turismo, como la gastronomía y todo lo
que genera ingresos en este planeta, es una moda. Tendencias. Tendencias que
uno revierte o reafirma. Ciudades que suben y bajan; están in y luego out. No creo
que Cartagena algún día esté out, pero sí veo
cómo Barranquilla se está poniendo in. Cuéntenme
si piensan igual el próximo año, cuando vean a Barranquilla como Capital
Americana de la Cultura en Antena 3 y Discovery Channel. Eso es lo que yo llamo
estar in.


7.
El bilingüismo: ¿Por qué
siendo la ciudad más turística del país, no es Cartagena sino Barranquilla la
que tiene el más alto índice de bilinguismo en
Colombia? Hace poco una amiga que trabaja en National Geographic visitó
Cartagena y no pudo comunicarse con el staff de su hotel en 3 días. ¿Cómo
explica uno que en un hotel de $800 USD la NOCHE no haya un ser humano
bilingue? Es simple: no hay justificación para eso. En Barranquilla ser bilingüe ya hace parte de la política pública de educación. Gracias
a una alianza con Peace Corps, muchos colegios ya son
piloto para la graduación de bachilleres bilingües. Pero sigue más:
algunos egresan como agentes de Call Centers, y gracias a una iniciativa con el
sector privado, consiguen empleos de calidad inmediatamente después.
Sabiendo
inglés, e invirtiendo todo en infraestructura portuaria y comercial, sumado a
la ubicación privilegiada con que siempre ha contado, no veo cómo Barranquilla
no se convierta en la próxima Capital de los TLC.
No me malinterpreten: no quiero poner a Barranquilla a competir con
Cartagena. Solo digo que es inaceptable no tener un proyecto de ciudad distinto
al status quo en pleno Siglo XXI. Pónganse las pilas.
No vamos a impulsar el progreso en la región con una sola ciudad. Volvamos a
ser esa tríada encantadora, ese paso obligado. Barranquilla necesita
de la belleza ancestral de Cartagena y del mar cristalino de Santa Marta. Y
ambas necesitan la proyección internacional de Barranquilla. Suena como una
hermandad natural. Y lo es.
Y como dijo un exalcalde de Bogotá hace poco... ojo que "Se va el caimán,se va para Barranquilla".
Por Laura Busche
Twitter: @laurabusche
www.eltiempo.com
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